Me siento solo

En algún momento de nuestras vidas todos hemos sentido la soledad. En ocasiones la vivimos con angustia y tristeza. La soledad no deseada puede ser una situación muy dolorosa.

Algunas personas identifican la soledad con no tener pareja, sienten que les falta esa cercanía, complicidad y afecto con una persona especial. Otras dicen que nunca se han sentido tan solas como estando con una pareja que no las comprendía o apoyaba.

También puede ocurrir que sintamos un vacío emocional, quizá por alguna carencia. En ese caso, la sensación de soledad enmascara otro problema.

Veamos algunas claves para afrontarla y mejorar nuestras relaciones:

Utiliza tus apoyos emocionales: a veces ponemos un muro entre nosotros y los demás, nos aislamos, evitamos ver a nuestros amigos y familiares. Cuando hacemos esto cada vez nos cuesta más acercanos a ellos. Si te acuerdas de una persona a menudo, incluso te lamentas interiormente porque piensas que deberías llamarla…¡hazlo, no lo demores más!

Piensa en positivo: valora lo que tienes en lugar de lamentarte por lo que te falta. Si por ejemplo cuentas con un grupo de amigos, disfruta de ellos, sal, realiza actividades que te gustan… no pierdas el tiempo pensando que serías muy feliz si encontraras pareja. Esto puede ocurrir en cualquier momento y mientras tanto estarías perdiendo tiempo de tu vida, que es precioso.

Amplía tu círculo: atrévete a conocer gente nueva, busca personas con las que compartas alguna afición, utiliza las redes sociales… Puede que al principio te cueste un poco, pero irás ganando confianza a medida que vayas practicando. Si tienes pareja no os aisléis, es más sano y enriquecedor, y si se rompiese la relación será menos duro superarlo.

No prejuzgues: a veces etiquetamos a los demás incluso sin conocerlos, simplemente por su apariencia o sus gustos, olvidando que pueden tener muchas facetas. Siempre se puede aprender algo de otra persona, así que trata de conocerlas antes de formarte opinión, es posible que te lleves muchas sorpresas agradables.

Busca tiempo: a menudo descuidamos las relaciones sociales por falta de tiempo. Relacionarnos es importante: tener apoyo social es un factor de protección para nuestra salud mental y nos hace más felices. Revisa tu agenda y busca tiempo para estar con tus amigos y tu familia.

Elige alguien en quien confiar: si eres de los que se cierran, no hablan con nadie de lo que les preocupa o crees que es mejor no pensar en ello, deberías plantearte si esto te hace daño. Quizá las heridas del pasado están evitando que disfrutes del presente.

Haz un ejercicio de sinceridad contigo mismo: es posible que te falten habilidades sociales, quizá piensas que no puedes mantener una conversación interesante o te cueste escuchar a los demás… Estas habilidades se aprenden igual que cualquier otra. Busca tus puntos débiles y medita cómo podrías mejorarlos. En ocasiones puede ser útil realizar una terapia para mejorar las habilidades sociales o para identificar otros factores, como autoestima por ejemplo, que pudieran estar dificultando la capacidad de relacionarse.

‘¡Qué raro y maravilloso es ese fugaz instante en el que nos damos cuenta de que hemos descubierto un amigo!’ William Rotsler – Escritor estadounidense.