¿Por qué me comporté de esta manera? ¿Por qué no consigo cambiar? … ¿Alguna vez os habéis hecho preguntas como éstas?
En esta entrada voy a tratar de responder a ello simplificando mucho… Os voy a hablar de los Condicionamientos.
Desde el mismo momento en que nacemos (incluso antes de nacer) estamos aprendiendo cosas. Cuando somos pequeños comenzamos a caminar, a jugar, a leer… y también aprendemos sentir y a pensar. ¿Cómo ocurren estos procesos?
Casi todo lo que hacemos está sujeto a lo que llamamos Condicionamientos. Los Condicionamientos son algo así como Leyes Psicológicas.
Hay dos tipos de Condicionamientos, el clásico y el operante; en mi opinión el que más determina nuestra conducta es el Condicionamiento Operante (Estímulo-Respuesta-Consecuencia). Esto quiere decir básicamente que repetimos las conductas (o no) en función de sus consecuencias.
Veamos un ejemplo: imagina que vas de camino al trabajo y te paras en la máquina de refrescos que hay en la esquina. Metes tus monedas y sacas tu bebida favorita sin ningún problema. La consecuencia del acto de meter dinero en la máquina ha sido positiva para ti: has recibido tu lata de refresco.
Sin embargo, un día metes las monedas y la máquina no funciona, se traga tu dinero. Ha sido una consecuencia negativa para ti, no tienes ni tu dinero ni el refresco y posiblemente te sientas algo frustrado en ese momento. Después de un tiempo pasas por allí, te lo piensas un poco y metes una moneda. Una vez más la máquina se ha tragado tu dinero. Probablemente te irás molesto y no vuelvas a meter más dinero en esa maldita máquina…
¿Sencillo verdad?
Este sencillo ejemplo resume una ley fundamental de la Psicología.
Veámosla con más detalle:
ESTIMULO: máquina de refrescos
RESPUESTA (entendemos por respuesta ‘lo que hago, digo, pienso y mis sensaciones fisiológicas’): meter monedas
CONSECUENCIA (agradable/aversiva): obtengo mi refresco / pierdo mi dinero: sigo con sed y me siento frustrado
Aunque parezca increible casi todos nuestros aprendizajes en la vida se basan en este principio.
Pensad en un niño pequeño aprendiendo a andar: primero trata de mantenerse en pie, su madre le sujeta, le estimula y ayuda, le sonríe y abraza orgullosa con cada pequeño logro (consecuencias positivas)… Todos estos gestos están reforzando su aprendizaje.
Imaginemos ahora que un niño se pone a cantar en una reunión familiar. Todos le sonríen encantados y le felicitan. La consecuencia que sigue a cantar es positiva, están reforzándole esa conducta. ¿Qué pasaría si en lugar de eso le dijeran algo así como ‘cállate, estás molestando a los mayores‘? ¿Creéis que es probable nuestro pequeño protagonista repita su conducta de cantar? ¿Y si cada vez que ocurriera le ignorasen o le dijeran que pare de cantar?
Estos ejemplos aunque muy sencillos nos dan una idea de cómo aprendemos. Durante nuestra vida estamos sujetos a miles, millones de condicionamientos. Cada aprendizaje se va consolidando a través de las consecuencias que obtenemos de nuestra conducta, una y otra vez en cada ‘ensayo’.
Este es un proceso complejo, podemos analizar estos condicionamientos con mayor o menor nivel de detalle (evitar contacto social / no contestar una llamada telefónica) y las ‘Consuencias’ provocan a su vez otras ‘Respuestas’.
En ocasiones podemos repetir conductas que no son agradables o positivas para nosotros a medio plazo si dichas conductas tuvieron algún valor adaptativo, es decir, nos ayudaron a ‘sobrevivir’ física o emocionalmente. Pensad en un niño ignorado contínuamente por sus padres excepto cuando está enfermo o lo simula; ya de adulto sigue llamando la atención sobre su salud aunque esto le trae bastantes problemas.
El análisis de los condicionamientos con sus correspondientes estímulos, respuestas y consecuencias, así como frecuencia, duración, inicio, programa de reforzamiento… es lo que llamamos en psicología Análisis Funcional de la Conducta y es una parte muy importante de la evaluación psicológica.
Cambiar los condicionamientos a veces no es fácil: requiere un tiempo y un esfuerzo si hemos estado sujetos a ellos durante mucho tiempo. No basta con querer cambiar nuestro comportamiento sino que deberemos insistir y practicar esas nuevas formas de actuar o pensar, en ocasiones modificando las ‘Consecuencias’ o los ‘Estímulos’ para facilitar el proceso de cambio.
Dicho de otro modo, si llevas treinta años haciendo las cosas de una manera, cosas que quizá aprendiste cuando aún no tenías sentido crítico, ¿Cómo vas a cambiarlas en una semana?
Espero que os haya resultado interesante y que sigáis leyendo mis posts, sería una consecuencia muy positiva para mi.